Historia

 Un poco de Historia

 

           La Asociación Galega de Amigos do Camiño de Santiago nació en el año 1992 promovida principalmente para preservar el espíritu tradicional de las peregrinaciones y, al mismo tiempo, la investigación, recuperación, señalización y defensa de todos los Caminos de Santiago que discurren por nuestro país y especialmente por Galicia. 

         El Monasterio de Santa María de Sobrado dos Monxes fue el lugar y testigo del nacimiento de la Asociación Galega de Amigos do Camiño de Santiago. Allí se habían congregado veinticuatro peregrinos que habían colaborado con el llorado párroco de O Cebreiro, D. Elías Valiña, en la búsqueda y recuperación de las viejas trazas jacobeas.

       Estaban también presentes miembros de la antigua asociación de A Coruña (creada cinco años antes por mediación de D. Elías Valiña, que sería el germen a partir de la cual creceríamos) y, sobre todo, muchos peregrinos para quienes el Camino no había terminado, ni mucho menos, con su llegada a Cospostela.

        En la mente de todos dos grandes retos: En vísperas del Año Santo de 1993 se estaba produciendo una auténtica transformación del Camino de Santiago, con la intervención cada vez más intensad las administraciones públicas en las rutas jacobeas, y el consiguiente peligro para el espíritu tradicional de las peregrinaciones, espíritu que considerábamos necesario, a toda costa, respetar. Por otro lado éramos conscientes de que en Galicia, independientemente del Camino Francés, éramos depositarios de otras rutas de peregrinación, cientos y cientos de kilómetros, totalmente abandonadas y sumidas en un absoluto olvido y desamparo.

      Asumimos pues el reto de defender el viejo espíritu de la peregrinación tradicional y, a la par, de la investigación, recuperación, señalización y defensas de todos los caminos de Santiago que recorren nuestro país.

       Y han pasado 30 años desde aquel frío dia de invierno del 1992, son 30 años que han dado para mucho y aunque es una cifra que se puede asociar a juventud, en este caso también debemos de asociarla a experiencia, pero por encima de todo al trabajo, al mucho trabajo realizado por hombres y mujeres de esta Asociación así como voluntarios, que de forma altruista y unidos por el amor al Camino de Santiago, lucharon, sufrieron y también disfrutaron con lo que se hizo y con lo que se consiguió.

        En estos 30 años dedicados al Camino se aprendió, se ayudó y se denunciaron abusos cuando la ocasión así lo exigía. Fuimos y seguiremos siendo antes de nada peregrinos y seguiremos ayudando al Camino, principalmente al peregrino desde la humildad, pero también vigilantes ante los atropellos que en nombre del Camino se hacen para deterioro de los esencial, la falta de respeto al Camino y al peregrino.

        Se tiene luchado, unas veces ganado y otras, lamentablemente, perdido, pero el espíritu del Camino sigue vigente y renovado cada día.

        Los logros, aunque modestos, deben de ser reseñados, no como orgullo de la Asociación, que también, si no, para que quede constancia del trabajo desarrollado a lo largo de estos 30 años.

         El primer logro es una clara aspiración de la Asociación, y claro está que no era otra que el de ofrecer hospitalidad al peregrino de la forma tradicional. Eso se consiguió en el año 2004 en virtud de un convenio con el Concello de Corcubión de un local por veinte años. Año Santo para más señas este 2004, y que estrenamos con la apertura del primer albergue regentado por la Asociación en la localidad Aldea de Villar, a un kilómetro de Corcubión, denominado San Roque, un albergue en el Camino de Santiago-Finisterre-Muxía.

          Un lugar en plena naturaleza donde descansar y soñar con la proximidad de llegar a un punto emblemático, el denominado kilómetro "0" del Camino en el "Fin del Mundo", Finisterre.

          Este fue el primero en el que la Asociación puso todo su entusiasmo para que el peregrino viviera el Camino y lo pudiese sentir de otra manera con estas pequeñas cosas, grandes cosas. Una forma de ser peregrino y hospitalero, u hospitalera, viendo y sintiendo el Camino desde la más completa forma de ser solidarios.

          Pero la sana ambición en la ayuda al Camino y al peregrino, nos llevó a a conseguir un nuevo albergue allá por el año 2009, mediante otro convenio, también por veinte años, con la Fundación Convento de Herbón y la Provincia Franciscana de Santiago y ya a las puertas del nuevo Año Santo de 2010.

          Esta vez el lugar era en el Convento de San Antonio de Herbón, en el municipio de Padrón, un lugar único para sentir todo lo que significa el Camino y una muestra más de como sentir y vivir la hospitalidad.

          En este lugar se dan cita para descansar y recuperar fuerzas los peregrinos que vienen por el Camino Portugués. Los recibe un entorno inigualable, un lugar para respirar paz y meditar con llegar a Santiago en la siguiente jornada. Aquí nos rodeamos de la naturaleza en toda su grandeza, el valle del Sar y del Ulla como protagonistas de este precioso lugar que alberga el Convento de San Antonio de Herbón del siglo XIV y que ofrece al peregrino todo su conjunto.

          En este 30 aniversario. la Asociación Galega de Amigos do Camiño de Santiago, se vuelca en la mejora de sus albergues para un mejor descanso del peregrino. La inversión es grande, pero la ilusión es mayor, por eso nuestro lema,"Sempre no Camiño", se renueva con más fuerza para dotar de los mejores medios a nuestros albergues en beneficio del peregrino, y en este año de aniversario, reestrenamos las nuevas instalaciones en este albergue, donde creemos que los peregrinos serán los grandes beneficiados.

          Cada paso que damos, hace que crezcamos más, que seamos más conscientes de que debemos seguir luchando por los valores con los que fue creada esta Asociación, y con esta ilusión caminaremos juntos para cumplir otros 30 años más.

¡Sempre no Camiño!